LAUDIO

Sala de Prensa

06/03/2020

EAJ-PNV Laudio homenajea a sus mujeres históricas

Eskerrik asko emakumeak: Libe Ibarrondo, Marisa Llano, Marisa Gastaka, Carmen Masa, Emilia Urrutia, Mari Carmen Jáuregui, Ana María Jáuregui, Ana Ibarretxe, Carmen Otegui, Juliana-Hermana Alava, Isabel Landaluce, Miren Bergara, Anabel Fernández, Loli Aretxaga, Agurtzane Orueta, Karmele Isusi, Isabel Etxabe, Miguela- Albiñe, Alazne Errasti, Begoña Omar, Mari Carmen Barañano, Lapatxa Urzelai, Paloma Lavaca, Norberta Otaola, Dolores Telleria, Isabel Ayesta , Iñake Etxezarraga, Milagros Burgoa, Leonor Lecanda, Pilar Markuartu, Salutxu, Juanita Ainz, Juani la Mejicana, Ana Perez, Miren Aldekoa, Edurne de Angoitia, Mariasun Zulaika eta Josefa Echevarría.

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EAJ-PNV Laudio homenajea a sus mujeres históricas

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Aún me vienen a la memoria los grupos de cocina de las emakumes, las tortillas de patata que se bajaban al bar con aquella bandejas rectangulares, y aquellas medidas (un colador de patatas, una cebolla, pimientos verdes)… y tortillas y tortillas. Y no digamos las cazuelas para los fines de semana, de txipirones, de pimientos rellenos, de bacalao... Siempre con buen humor y bien organizadas, sin ningún problema. Miguela cantaba o contaba chistes, Marisa siempre tenía algún comentario gracioso a lo que se hacía.

Pero la historia empieza antes. Allá por los años 70, antes de morir Franco, cuando ama nos decía que iba a una reunión y nos quedábamos tan tranquilas, sin saber lo que se estaba preparando. Y cuando al poco tiempo nos mandaba un jueves al mes  a una casa grande  enfrente del mercado de Abastos, subir las escaleras y llamar a la puerta donde me daban un sobre con una revista, la revista Euskadi. Se la llevaba a ama y nada más se sabía.

Con el tiempo se convirtió en el primer Batzoki que yo recuerdo, recuerdo esas escaleras estrechas, algunas habitaciones muy antiguas, la sala de reuniones, el comedor y la cocina. Recuerdo cómo se organizó el bar y el comedor arriba junto a la cocina. Y allí empezaron los turnos semanales,  había turnos de hombres para la barra y turnos de mujeres para la cocina (poca Igualdad pero así eran las cosas). Los turnos semanales para los pinchos y las tortillas en barra y los viernes y sábados para dar cenas.

Y además de estos trabajos, también pertenecían algunas a la Junta Municipal e incluso algunas como ama, se apuntaron a Euskera (todavía está por casa el primer diccionario  euskera castellano que salió, pequeño y con tapas verdes). Se les veía con ganas para impulsar el espíritu nacionalista, el espíritu de grupo, y el fomento de la cultura e historia vascas. Y, como buenas costureras, hicieron también los manteles, las cortinas… Estas emakumes tenían tiempo para todo y sobre todo para luchar por el partido y por sus ideales.

Así fuimos creciendo, a veces hacíamos los deberes en el comedor cuando salíamos de clase y también hacíamos grupos los hijos e hijas de quienes tocaban turno. Celebramos algunas  Comuniones en el Batzoki, algunos cumpleaños o la celebración de fechas importantes.

Hay tres momentos importantes que rompieron con este movimiento ya creado y que iba creciendo a pasos agigantados: Uno fue el Golpe de Estado en el ’81. Las caras de preocupación que tenían todos y todas y aquellas revistas que habíamos ido a buscar de forma escondida y que eran muchas, nos mandaron tirarlas al contenedor de la basura con toda su pena porque, según nos decían, podíamos correr peligro. Alguna ikurriña que llevamos al caserío a esconder entre las leñas, y el miedo en sus caras, no hablaban de ello en casa, pero nosotras seguíamos siendo felices.

Otro momento importante fueron las inundaciones, que se llevaron por delante todo lo que se había creado, lo que se había conseguido aunque como buenas mujeres vascas no se amilanaron, en poco tiempo teníamos un nuevo batzoki, tan grande como el inicial, que ofrecía la oportunidad de seguir trabajando por el partido. Y de nuevo se organizó la cocina, la barra y se volvía a la normalidad. Nos encantaba bajar por las escaleras de las clases de euskera y asomarnos a la cocina que siempre había algo para nosotras.  En este nuevo batzoki nos veían llegar las madres porque las ventanas daban a la entrada principal.

Y el tercer momento importante que se vivió de manera intensa fue la escisión, la ruptura de aquellos grupos de mujeres que habían levantado juntas muchas cosas y que de repente entraron en confrontación, en malos rollos, en llamadas poco correctas, en escritos poco agradables……  recuerdo como muy emotivo el siguiente Alderdi Eguna donde las que nos quedamos en el partido y nuestras madres fuimos a celebrar y los encuentros de la gente que se habia quedado en el partido y las personas a las que se echaba en falta porque se habían ido.

Recuerdo emakumes que no se quedaron en el partido y que veíamos por el pueblo y apenas se saludaban, nosotras que conocíamos a los hijos e hijas de esas emakumes y que también teníamos nuestras reticencias porque así nos lo habían dicho en casa, aunque en muchos casos ya solucionadas.

Pero volvieron a resurgir estas mujeres trabajadoras y luchadoras, volvieron a hacer grupos de cocina, a renovar la junta municipal y a estudiar euskera, al menos intentarlo.

Por no hablar de los Alderdi Eguna, todo organizado, la construcción de la txosna, la organización de los pinchos, el transporte, el almuerzo y la comida para los días anteriores y para la hora de desmontarlo todo y volver a llevar al Batzoki. 

Y además de dedicar horas y horas al batzoki y al partido,eran “amas de casa” como ellas decían, con todo lo que eso conlleva y el orgullo con el que lo decían. Sus maridos e hijos e hijas estábamos perfectamente atendidas, eran mujeres todoterrenos que no se amilanaban ante nada.

Pero todo cambia, el paso del tiempo, la situaciones personales de cada una de ellas, algunas enviudaban, otras empezaban con achaques, otras empezaban a estar cansadas…. Y en eso no había relevo generacional, para trabajar en equipo e implicarnos como lo hacían ellas.

Mujeres luchadoras, arriesgadas, orgullosas de sus familias, organizadas, nacionalistas hasta la médula, implicadas, que sufrían como nadie el día de las elecciones pero también preparaba la comida y el hamaiketako para todos los que estábamos en las mesas. Con unos valores que nos han transmitido y que en la mayoría de los casos hemos querido mantener y hacer visibles.

Valores tan sencillos y tan complicados como la lealtad, el trabajo, el espíritu nacionalista, el sentimiento vasco, luchador y todos esos recuerdos que cada cual tenemos (físicos y en la memoria) de una generación de mujeres de bandera (como decía ama) que pusieron los cimientos para la Euskadi que tenemos   de la que tan orgullosas nos sentimos.

Eskerrik asko emakumeak:

Libe Ibarrondo, Marisa Llano, Marisa Gastaka, Carmen Masa, Emilia Urrutia, Mari Carmen Jáuregui, Ana María Jáuregui, Ana Ibarretxe, Carmen Otegui, Juliana-Hermana Alava, Isabel Landaluce, Miren Bergara, Anabel Fernández, Loli Aretxaga, Agurtzane Orueta, Karmele Isusi, Isabel Etxabe, Miguela- Albiñe, Alazne Errasti, Begoña Omar, Mari Carmen Barañano, Lapatxa Urzelai, Paloma Lavaca, Norberta Otaola, Dolores Telleria, Isabel Ayesta , Iñake Etxezarraga, Milagros Burgoa, Leonor Lecanda, Pilar Markuartu, Salutxu, Juanita Ainz, Juani la Mejicana, Ana Perez, Miren Aldekoa, Edurne de Angoitia, Mariasun Zulaika eta Josefa Echevarría.

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