En circunstancias excepcionales, trágicas y dolorosas Euskadi ha conmemorado este 2020 el 88 aniversario del primer Aberri Eguna. Con la población de los siete Herrialdes vascos en situación de confinamiento en nuestros domicilios, con muchos fallecidos a causa del coronavirus, con miles de personas hospitalizadas por la pandemia y con decenas de miles de puestos de trabajo en riesgo por una crisis sanitaria que está golpeando fuerte a las estructuras económicas de nuestro País.

Si repasamos la historia del Aberri Eguna, de sus 88 celebraciones, prácticamente la mitad se han tenido que celebrar en condiciones especiales. Tres años en medio de una guerra, cuarenta más en dictadura, clandestinidad y exilio. Pero siempre hemos celebrado, por encima de dificultades y obstáculos, que “Euskadi es la Patria de los vascos”, una simple frase que encierra el deseo y el derecho de un Pueblo a ser libre y a dotarse de las instituciones y leyes que decida para hacer realidad ese objetivo.

Este año, a pesar del coronavirus y sus maléficas consecuencias, las y los abertzales hemos vuelto a celebrar nuestro día y reivindicar la Nación Vasca. Una celebración y una reivindicación que las limitaciones sanitarias han obligado a hacerlas en la intimidad del hogar y de las familias, pero que se ha hecho sobre suelo vasco, un solar que ha acogido a este Pueblo desde tiempo inmemorial y que lo seguirá haciendo en los siglos venideros.

Creemos en el futuro de este País, en la fuerza, las ganas y la determinación de la sociedad vasca para afrontar cualquier reto, y contamos con unas instituciones capaces de liderar ese camino que, paso a paso, nos lleva a la construcción de una Euskadi libre y soberana. Porque nuestro motor, más allá de nuestra ideología abertzale, es el deseo y la decisión de la sociedad vasca. Es nuestro motor y debe ser también nuestra prioridad.

La pandemia es global, las consecuencias sanitarias, sociales y económicas son globales, pero desgraciadamente este mundo actual no es capaz de dar respuestas globales, ni tan siquiera Europa está siendo capaz de hacerlo. Por todo ello se hacen necesarias las respuestas propias, pegadas al terreno y basadas en el conocimiento de la realidad circundante, en nuestro caso la vasca.

Por esto reivindicamos la capacidad plena de las Instituciones Vascas para disponer en sus manos de todos los instrumentos y competencias necesarias para abordar una tarea tan ingente como la que tenemos por delante. En colaboración, coordinación y acción solidaria con los demás, por supuesto, pero desde el respeto y la lealtad interinstitucional. Ese va a ser también uno de nuestros objetivos futuros.

Compromiso con la construcción de la nación vasca

Cuidar y proteger a vascos y vascas es hoy la prioridad del Partido Nacionalista Vasco y de todas sus mujeres y hombres repartidos por las instituciones del País. Cuidar y proteger a la ciudadanía es hoy la mejor manera de construir Nación. De garantizar nuestro futuro como Pueblo. Salir de esta situación de postración sanitaria y económica es, por tanto, la urgencia máxima. Ese es el objetivo en el que estamos comprometidos y en el que nos vamos a centrar en los próximos meses.

Este año, debido a la crisis sanitaria, han sido muchos los y las jeltzales de Laudio que han engalanado sus casas y balcones con la colocación de ikurriñas al viento, para, desde las calles y pueblos de este País, reivindicar con orgullo que somos abertzales y la Nación Vasca, una Euskadi libre, sana y en paz.

Gora Euskadi Askatuta!